martes, 19 de junio de 2012

Arbusto de las mariposas

Buddleja davidii (Buddlejaceae)
Budelia o Arbusto de las mariposas

Originaria de China. El nombre genérico "Buddleja" está dedicado al botánico inglés Adam Buddle, que vivió en el siglo XVIII. Se la llama también "Arbusto de las mariposas" porque cuando florece las mariposas se posan en tal cantidad que ocultan las flores. A las mariposas les gusta casi cualquier tipo de flor. En las buddleias es difícil ver libando a otros insectos por la propia constitución de sus flores ya que la profundidad y estrechez para acceder a ellas hace que solamente insectos con lenguas libadoras largas y delgadas tengan opción de conseguirlo. Sin embargo no solo las mariposas tienen estas características morfológicas, también otros insectos, ciertos dípteros, por ejemplo, frecuentan y consiguen libar de las flores de la buddleia.

Es un arbusto de hoja caduca o semicaduca, según el clima; rústico, vigoroso y de rápido desarrollo. Tiene un aspecto arqueado pudiendo alcanzar hasta 5 m de altura y ramas colgantes. Requiere para su desarrollo un lugar espacioso. Sus hojas son alargadas, enteras, color verde glauco. Muestra inflorescencias en espiga de color lila, perfumadas que florece en verano

Se utiliza como ejemplar único, en grupos o en alineación en caminos. El clima más adecuado es el mediterráneo. Le gusta estar a pleno sol. Admite todo tipo de suelos, con buen drenaje y crece muy bien en suelos calcáreos.

Es muy importante la poda. A principios de la primavera se cortan los tallos del último año a 5 cm de la madera vieja.

Durante la estación cálida pueden ser atacadas por la araña roja y pulgones. También le puede afectar un virus que causa moteados y deformaciones en las hojas. En este caso, es necesario eliminar las partes afectadas.

Se multiplicación por esqueje, semillas y acodo. En el verano y en el otoño se pueden tomar estacas de madera suave y hacerse enraizar en el invernadero.


Cuento
A lo lejos, se vislumbraba la silueta de un viejo asno que a su grupa llevaba al anciano maestro Lao Zhang. A su lado, a pie, el joven Chao Li, ávido de conocimientos, no cesaba de hacer preguntas.
La jornada había sido larga y pesada, otro día más, en su viaje por las vastas tierras de China, en busca de..., aventuras para el joven Chao Li , para su viejo maestro un lugar donde poder descansar sus últimos años.- “Por fin”- dijo el anciano al divisar la primera casa en kilómetros,- “ya es hora de descansar”-. -“Yo no estoy cansado, maestro” -dijo el joven,- “¿puedo inspeccionar la zona?, siento que en estos parajes puedo encontrar cosas increíbles”-. El viejo esboza una leve sonrisa: el muchacho le recuerda mucho a él mismo cuando tenía su edad.
Tras varios minutos metiendo la nariz aquí, tocando esto allá, el joven Chao fija su mirada en un grupo de mariposas enlazadas en una extraña danza y que avanzaban hacia unos arbustos a lo lejos a la vez que le invitaban a seguirlas. Según avanzaban otras mariposas se iban uniendo al grupo. El bosque de arbustos, ya no tan lejos, se mostraba como una sinfonía de colores en movimiento. El rostro del muchacho se iluminó como si estuviera viendo un milagro. Se hubiera quedado allí, absorto, varias horas, pero tenía que contarle enseguida a su maestro semejante prodigio y salió corriendo hacia la casa donde descansaba el anciano. –“¡Maestro!,¡un portento, un fenómeno, un milagro!”.-“Respira, muchacho, ¿que es eso tan increíble que has visto?”-. “¡Es el país de las mariposas!, ¡he encontrado el sitio a donde acuden todas las mariposas del mundo!, ¡un bosque de arbustos con grandes racimos de flores de colores morados y lilas, en las que millones de mariposas de todos los colores se mueven, bailando entre flor y flor!”-. El viejo maestro Lao Zhang sonríe serenamente con la seguridad propia del que tiene respuestas para todos los enigmas. –“Sin duda es un milagro, joven Chao”-dice el anciano- “¡los bosques de buddleias!, ¡siempre es igual!.”¡Hay miles de bosques por toda China y siempre he podido ver el mismo milagro!: Al final de la primavera, cuando los racimos de flor derraman todo su color y su fragancia, las mariposas notan su irresistible llamada y se reúnen en masa en torno a los bosques de buddleias”.
Terminada la jornada, Chao Li se retira a su lecho para descansar, extenuado pero esperanzado: ¡Ahora sabe que la Naturaleza es la madre de los prodigios, la fuente de los milagros!
(Fuente)


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